Envío gratuito a partir de €100
Productos formulados por expertos de la salud
Sin conservantes artificiales ni rellenos

¿Está comiendo frutas y verduras Dirty Dozen?

¿Está familiarizado con el concepto de la "Docena Sucia"? Es un término utilizado para describir una recopilación de doce frutas y verduras específicas que se ha descubierto que tienen los niveles más altos de residuos de pesticidas. En esta entrada de blog profundizaremos en el tema de los productos más contaminados, sus implicaciones para nuestro bienestar y daremos consejos sobre cómo evitarlos.

Escrito por
The Hub Team
Publicado

¿Qué es la “Dirty Dozen”?

El término 'Dirty Dozen' se refiere a una recopilación de doce frutas y verduras que se someten a pruebas para identificar los niveles más altos de residuos de pesticidas. Esta lista, publicada anualmente por el Grupo de Trabajo Ambiental (EWG), tiene como objetivo educar a los consumidores sobre qué productos agrícolas deberían considerar comprar orgánicos para minimizar su exposición a productos químicos.
Las frutas y verduras que aparecen en la Docena Sucia están etiquetadas como "sucias" debido a su elevado contenido de residuos de pesticidas. Al elegir estos artículos, puede exponerse a una mayor carga química en comparación con optar por diferentes frutas, verduras o alternativas cultivadas orgánicamente.
Es importante reconocer que todos los alimentos contienen trazas de pesticidas, lo que hace que sea casi imposible eliminarlos por completo de la dieta. Sin embargo, existen varios enfoques para disminuir su exposición general.

¿Qué frutas y verduras forman parte del 'Dirty Dozen'?

Cada año, el Grupo de Trabajo Ambiental (EWG) actualiza su lista de la Docena Sucia, que se deriva de pruebas de frutas y verduras en los Estados Unidos. La lista para 2023 comprende los siguientes productos agrícolas:

Fresas, espinacas, col rizada, melocotones, peras, nectarinas, manzanas, uvas, pimientos, cerezas, arándanos y judías verdes.

Se ha identificado que estas frutas y verduras tienen niveles más altos de residuos de pesticidas en comparación con otras. El EWG compila esta lista para crear conciencia entre los consumidores sobre los riesgos potenciales asociados con el consumo de productos que pueden contener más sustancias químicas.
Al reconocer estos elementos específicos, las personas pueden tomar decisiones informadas al decidir qué alimentos comprar orgánicamente o buscar alternativas con niveles más bajos de pesticidas. Vale la pena señalar que la lista del EWG se centra en los Estados Unidos y puede diferir en otros países debido a variaciones en el uso y las regulaciones de pesticidas.

¿Por qué estas frutas y verduras están "sucias"?

Las frutas y verduras antes mencionadas son especialmente susceptibles a la contaminación debido a su piel delicada, su extensa superficie y la práctica común de consumirlas sin lavarlas ni pelarlas.
Los pesticidas, que son reconocidos como sustancias tóxicas tanto para los humanos como para el medio ambiente, plantean un riesgo elevado para la salud cuando se consumen alimentos expuestos a ellos. Además, el consumo regular de estos artículos puede provocar la acumulación gradual de toxinas en el cuerpo y contribuir a la contaminación ambiental.

¿Qué significa esto para nuestra alimentación y nuestro medio ambiente?

Los pesticidas contienen sustancias químicas que pueden tener impactos negativos en nuestro bienestar, lo que podría provocar diversos problemas de salud, como un riesgo elevado de cáncer, defectos de nacimiento, daños neurológicos, infertilidad y alteraciones del sistema endocrino.
Para mitigar los riesgos potenciales asociados con la exposición a pesticidas, el enfoque más eficaz es priorizar las opciones orgánicas al comprar frutas y verduras. Si bien las opciones orgánicas pueden ser más caras y no siempre accesibles, ser consciente del "Dirty Dozen" puede ayudar a los consumidores a tomar decisiones informadas que prioricen su salud y bienestar.

¿Qué más podemos hacer?

Cuando se trata de frutas y verduras que se analizan para detectar exposición a pesticidas, normalmente se encuentran en los supermercados y se producen a gran escala industrial. Para reducir la exposición a pesticidas, es aconsejable evitar comprar Dirty Dozen de forma convencional. Opte por alternativas orgánicas siempre que sea posible y, si es posible, explore los mercados de agricultores locales. Participe en conversaciones con productores para preguntarles sobre sus métodos de protección de cultivos. Algunos agricultores emplean barreras físicas o elementos disuasorios naturales para proteger sus cultivos de las plagas.
Si decide comprar frutas y verduras en los supermercados, es fundamental lavarlas bien. Si bien las frutas cítricas pueden presentar altos niveles de pesticidas, estos se concentran principalmente en la piel, que normalmente no se consume. Además, cocinar puede ayudar a descomponer los pesticidas. Si bien lavar y cocinar no pueden eliminar por completo todos los residuos de pesticidas absorbidos por la planta durante el crecimiento, pueden reducir significativamente su presencia.
Procure consumir opciones más limpias evitando las frutas y verduras más sucias. El EWG también publica una lista 'Clean 15', que incluye productos con niveles más bajos de pesticidas. Sin embargo, estos datos se basan en EE. UU. Nuestra sugerencia es considerar cómo se cultivan típicamente las frutas y verduras. Además, las frutas y verduras con su propio exterior protector, como la piña o el maíz dulce, o aquellas menos atractivas para los animales e insectos, como las cebollas, pueden tener un menor uso de pesticidas.
Otra forma eficaz de garantizar un control total sobre el tratamiento de sus frutas y verduras es cultivar las suyas propias. Algunos ejemplares de la Docena Sucia se pueden cultivar en jardineras o pequeños jardines. Una pequeña parcela de fresas, con suficiente luz solar, puede producir una cosecha satisfactoria durante el verano.
Se recomienda implementar métodos naturales para proteger los productos de cosecha propia. Algunos ejemplos son alentar a los depredadores naturales a ingresar a su jardín para que se alimenten de insectos, emplear barreras físicas como alambre de cobre o cáscaras de huevo para disuadir a las babosas y usar redes para evitar daños a las aves. La siembra complementaria, que implica rodear los cultivos con plantas más atractivas y de colores brillantes, puede desviar las plagas de las frutas y verduras.